Carlos Henrique Raposo: Falso futbolista
- alumnosisec2020
- 5 oct 2020
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El 2 de Abril de 1963, nació Carlos Henrique Raposo en Río de Janeiro, Brasil. Apodado como el "Kaiser", es un exfutbolista que terminó siendo uno falso, nunca completó un partido completo porque ocultaba que no sabía jugar a la pelota, entonces inventaba lesiones. Una carrera profesional que duró 20 años, llena de falsas lesiones, contratos, fichajes por el mundo y otras anécdotas.

Cuando Raposo tenía 23 años, le comenta a su amigo Mauricio (Idolo del Botafogo), si le puede conseguir un contrato en el club como futbolista profesional. Esto fue prácticamente en serio y a su vez en broma, pero finalmente el Botafogo lo adquiere. En los entrenamientos, como no sabía jugar a la pelota, a los pocos minutos de comenzar los ejercicios comenzaba a fingir una lesión en el muslo o la pantorilla y automáticamente era llevado a la enfermería. Mientras tanto pasaban los días y Raposo, se quedaba recuperándose de su falsa lesión, así pasaban meses pero en Botafogo lo tenían como un crack y que era algo misterioso lo que le ocurría. Además se aprovechaba que no existía la resonancia magnética y esto le favoreció.
Ya pasó un año y el "Kaiser" no jugó un minuto en toda su estadía, lo termina comprando el Flamengo y se encontró con otro amigo, Renato Gaúcho, que además lo recordó de la siguiente manera: "El Kaiser era el enemigo de la pelota. Durante el entrenamiento le pedía a algún compañero que le pegara y así se podía ir a la enfermería". Además llegaba a los entrenamientos, con un teléfono celular gigante y nadie se dio cuenta de que era un juguete. Con este móvil, hacía de cuenta que tenía charlas con dirigentes de Europa que lo llamaban para ficharlo. Llegó el fin del contrato y volvió a cumplir lo anterior, ningún minuto de juego que disputó.
Fue fichado por el Puebla de México, firmó un contrato de riesgo por seis meses y obviamente no jugó ningún partido. Rápidamente es contratado por El Paso de Estados Unidos, volvía a fingir sus lesiones. El mismo declaró que firmaba los contratos de riesgo, el más corto, recibía las primas del fichaje y se quedaba allí sin jugar.
Hasta a los dirigentes del América de Colombia, llegó a mentirles y fue fichado igual, sin haber disputado un partido como profesional. Pero esta vez en vez de fingir, tenía un doctor amigo y le hizo un informe falso sobre que detallaba un problema mental que bloqueaba la capacidad y desarrollo del jugador.
Aunque su sueño era jugar en Europa o como bien estaba haciendo, firmar y no jugar. Fue fichado por el Gazélec Ajaccio de Francia, para jugar en la Segunda División y justamente tenía otro amigo, Fabinho, persona que presentó al "Kaiser" frente a los directivos de allí. Carlos recuerda "El estadio era chico, pero lleno de simpatizantes. Creí que entraba y saludaba a los hinchas, pero habían montones de pelotas, era porque íbamos a entrenar. Entonces agarré pelota por pelota y las pateaba a las tribunas, para que las puedan tomar los hinchas, mientras saludaba y besaba el escudo, ellos por supuesto estaban entusiasmados. A los dirigentes se los veía nerviosos porque esa no era la idea, pero al menos se llevaron un recuerdo y habré pateado 50 pelotas, de las que no quedó ninguna". Le tomó aprecio al club, una vez jugó 20' y en un pique, hizo como si se desgarró y pedía por amor a la camiseta, seguir. Los hinchas enloquecidos por el "Kaiser", no tocaba la pelota pero iba rengueando por amor al equipo.
Ya en 1989 volvió a sus tierras, fichó por el Bangú. Carlos Raposo, se avivó y a un alcanzapelotas le dió dinero, estrategia genial para el día de su presentación. Llegó el momento y el chico beneficiado, llevó a sus amigos y familiares al primer entrenamiento; coreaban su nombre y enloquecían cuando lo veían. Castor Andrade, dueño del equipo, se emocionó cuando vio esa situación y creyó haber contratado a una estrella porque además un periodista (amigo de Raposo), realizó una nota falsa en el que decía que el jugador fue goleador en Francia, con 40 goles en 30 partidos.

En un partido frente a Curitiba, el dueño le exigió al DT, Moisés, que ponga en cancha al jugador. Comenzó a hacer el precalentamiento y el nerviosismo en aumento, terminó peleando con un hincha del rival y fue expulsado, el técnico fue furioso al vestuario. Finalmente lo perdonó por la expulsión y pidió una extensión por seis meses más, debido a que Raposo comentó aquella situación: "Dios me dio un padre y después me lo quitó. Ahora que Dios me ha dado un segundo padre, que es usted míster, no dejaré que ningún hincha lo insulte como lo hizo al que yo le pegué, que decía que usted era un traficante y delincuente. Mire, me quedan quince días para finalizar el contrato. Cuando lo termine, ya no me verá más".
Pasó por Vasco da Gama, el club contrató un curandero, Pai Santana, debía curar al jugador. Pero Raposo, le otorgó el doble del dinero por el que el Vasco lo contrató. El Pai Santana declaró: "el jugador tiene condiciones increíbles, nunca Vasco tendrá a una estrella como él, pero algo del más allá lo lesiona a repetición".
Los años pasaban, al igual que los clubes y su estrategia aumentó, esta vez en Fluminense. Para que los jugadores pidieran por él, Raposo hacía lo siguiente: "Nos concentrábamos en un hotel. Yo llegaba un día antes, llevaba diez mujeres y alquilaba habitaciones debajo del piso en el que el equipo se hospedaría. De noche nadie huía de la concentración, bajábamos las escaleras y nos divertíamos".
Luego de Guaraní y Palmeiras, se le ocurrió una estrategia que prácticamente hizo que lo dejara en enferma todo el contrato. Habló con un juvenil en el entrenamiento y le preguntó cuanto ganaba, le ofreció darle el doble si lo trababa fuertemente y lo lesiona, el chico no lo dudó y aceptó, casi quiebra a Raposo pero cumplió con su palabra.
Además dice haber jugado paraIndependiente de Avellaneda, seis partidos en el Rojo. Que es campeón del Mundo en el 84, por haber jugado la final en Tokio contra el Liverpool y que la Intercontinental es su mayor título.
Iñaki Almada
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