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La Generación Dorada: un antes y un después en la historia del básquet argentino

  • alumnosisec2020
  • 31 ago 2020
  • 3 Min. de lectura

Hace algunos días atrás, el 28 de agosto, se cumplió el decimosexto aniversario de la obtención de la medalla de oro del básquetbol masculino en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Un hito histórico, que sirvió para que generaciones futuras se inspiren en los protagonistas de esta hazaña para practicar este deporte y para demostrar que, una vez más, Argentina pudo sobreponerse ante cualquier adversidad.



Sin embargo, para poder concretar semejante hito, antes hubo un largo camino por recorrer. Argentina había perdido la final del Mundial de Indianápolis 2002, cayendo ante Yugoslavia por un resultado de 84-77. Este torneo, celebrado en tierras estadounidenses, dejó la sensación de que el combinado nacional estaba para más; pudo haber salido campeón pero no se pudo, aunque lo mejor estaba por venir.

Como preparación de cara a los JJOO de Atenas, el entrenador Rubén Magnano utilizó a algunos de los jugadores que llevaría a la cita olímpica para disputar el Campeonato Sudamericano de Brasil 2004. La selección tuvo un buen andar y, con un récord de 5-1, se alzó con un nuevo título, derrotando a los locales en la final por 95 a 78.

Ya en Atenas, Argentina formó parte del grupo A y debía enfrentarse a Serbia y Montenegro, España, China, Italia y Nueva Zelanda. La Albiceleste ganó 3 partidos y cayó en 2, por lo que finalizó tercera en su grupo y clasificó para la siguiente ronda. En el cruce de cuartos de final le tocó medirse con Grecia (que era el combinado local), y la derrotó por 69 a 64 en un durísmo partido. En la semifinal eliminó a Estados Unidos por 89 a 81, cuyo equipo nuevamente estaba integrado por jugadores de la NBA. De esta manera, Argentina logró convertirse en la única selección en el mundo que derrotó 2 veces a una selección estadounidense compuesta por jugadores profesionales de la liga mencionada.


Manu Ginóbili relata en carne propia su famosa ¨palomita¨ frente a Serbia y Montenegro en el debut de Argentina en los JJOO de Atenas.



La final frente a Italia, disputada el 28 de agosto, fue otra demostración más del compañerismo y del gran juego en equipo que poseía aquel equipo argentino.

La Selección, sin embargo, no pudo contar con Fabricio Oberto (pivot titular) para este partido definitorio debido a que se había fracturado un hueso de la mano en el partido de semifinales. Por suerte para los argentinos, su ausencia no se sentiría debido a la notable actuación de Luis Scola, quien anotó 25 puntos y atrapó 11 rebotes, ratificando el nivel que venía mostrando y que lo llevó a ser considerado como uno de los mejores jugadores del torneo. Finalmente, Argentina venció 84 a 69 a Italia y obtuvo la primer y, hasta ahora, última medalla dorada para el país en este deporte. Manu Ginóbili fue premiado como el MVP (Jugador Más Valioso) del certamen, y Luis Scola fue seleccionado como el quinto mejor jugador del torneo.


Argentina logró cortar una racha de tres medallas de oro consecutivas de los Estados Unidos, máximo ganador en la historia de los Juegos con un total de 18 preseas (15 de oro, 1 de plata y 2 de bronce). Aquel equipo integrado por figuras de la talla de los mencionados Ginóbili y Scola, Carlos Delfino, Walter Herrmann, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Juan Ignacio ¨Pepe¨ Sánchez, entre otros, hizo historia a lo grande y, 16 años más tarde, el recuerdo sigue estando más vigente que nunca.



Dante Leal

 
 
 

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