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La Maldición de Béla Guttmann

  • alumnosisec2020
  • 31 ago 2020
  • 3 Min. de lectura



En un deporte como el fútbol hay espacio para todo. Es uno de esos lugares en donde lo insólito puede ser normal, lo raro se convierte en rutina y momentos específicos a lo largo de la historia se transforman en leyenda.

La historia de lo que ocurrió con Béla Guttmann tiene algo de estas tres cosas, y un poco más también. Acá te vamos a contar quién fue él y la leyenda de la maldición que lanzó sobre el Benfica, equipo que no puede ganar ningún trofeo europeo desde aquel momento.

Su historia

Béla Guttmann nació el 27 de enero de 1899 en Budapest, capital de Hungría que en ese momento también pertenecía a Austria. Se convirtió en futbolista pero su historia se basa principalmente en lo hecho como entrenador. Comenzó a dirigir en 1933 en Hakoah Vienna, un equipo austríaco. Estuvo también en equipos de Hungría, Rumania y los Países Bajos hasta que en 1947 dio un salto al llegar a la liga italiana. Se convirtió en el DT del Calcio Padova, donde estuvo 1 año, y luego paso al Triestina donde permaneció dos temporadas.

Tras breves pasos por Quilmes de Argentina y APOEL Nicosia de Chipre, Guttmann regresó a Italia en 1953 para hacerse cargo del AC Milan, uno de los equipos más poderosos del mundo en ese momento. El equipo italiano lideraba la Serie A hasta que unos problemas internos entre Guttmann y la junta directiva desembocaron en el despido del entrenador.

“Me han despedido a pesar de que no soy un criminal ni un homosexual, ¡Adiós!”, fueron las palabras del austro-húngaro luego de su despido, insistiendo con una clausula de su contrato que decía que no podía ser despedido si su equipo se encontraba liderando la tabla.

Guttmann volvió a Hungría en 1957 donde dirigió seis meses al Budapest Honvéd y luego regresó a Sudamérica para entrenar al Sao Paulo de Brasil. Durante su estadía de una temporada, ayudó a popularizar el sistema de juego 4-2-4 que luego utilizaría la selección brasilera en el Mundial de Suecia 1958 donde se consagraron campeones. Fue en ese año en el que Béla Guttmann desembarcó en Portugal donde encontraría el apogeo de su carrera como entrenador.

Se convirtió en el entrenador del Porto, donde lograría ganar el título local en 1959, la primera Liga Portuguesa del equipo en su historia. Al año siguiente se hizo cargo del Benfica, club donde rápidamente se convertiría en ídolo. Con un plantel en el que se encontraba, entre otros grandes jugadores, Eusebio (histórico del fútbol portugués e internacional), el equipo de Lisboa ganó la liga en 1960 y 1961. Luego de conseguir su segundo título local con el Benfica, Guttmann comando al equipo a ganar su primera Copa de Europa (hoy Champions League) en 1961 luego de derrotar al Barcelona por 3-2 en la final disputada en Berna, Suiza. En la temporada siguiente, su equipo retuvo el título europeo venciendo, esta vez, al Real Madrid en Ámsterdam.

La maldición

Luego de ganar su segunda Copa de Europa con el Benfica en 1962, Bela Guttmann pidió un aumento de sueldo, algo que, al parecer, no cayó bien en los directivos del club portugués que decidieron despedirlo. El entrenador no se quedó callado y lanzó una fuerte sentencia.

“Sin mí, el Benfica no ganará ninguna copa europea durante 100 años “, exclamó Guttmann tras ser despedido del equipo portugués. En ese momento, todo quedó como una anécdota, aunque pronto dejaría de serlo.

Desde aquella frase de Béla Guttmann, el Benfica disputó 8 finales europeas, 5 de ellas en Champions League (1963, 1965, 1968, 1988 y 1990) y las 3 restantes en Europa League (1983, 2013 y 2014), perdiendo increíblemente todas estas. Luego de su paso por el Benfica, viajó hacia Uruguay para hacerse cargo de Peñarol donde se convirtió en el único técnico en dirigir una final de Uefa Champions League y Copa Libertadores en el mismo año.

Su carrera como entrenador terminó en 1974 luego de un segundo ciclo en el Porto. Durante sus últimos años de vida, varios jugadores del Benfica iban a visitarlo pidiéndole que corte la maldición, cosa que no ocurrió. Béla Guttmann murió el 28 de agosto de 1981 en Viena, Austria. En la previa de la final de la Champions League de 1990 disputada en Viena entre el Milan y el Benfica, Eusebio fue a rezar ante la tumba de Guttmann suplicándole que acabe con esta maldición. El Milan venció 1-0 al equipo portugués y quedó confirmado que la maldición seguía vigente.



La historia de Béla Guttmann y su maldición sobre el Benfica quedará para siempre, estarán los que creen en ella y los que no, tal vez sea solo mala suerte, por ahora eso no se sabrá. Hasta que esto no acabe será cuestión de creer o reventar.



Por: Santiago Sosa

 
 
 

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